Es un conjunto de edificios cuyo origen se remonta al siglo XIV en que se construyó la primitiva ermita. Posteriormente se irá ampliando con nuevas construcciones; así mismo, el templo será objeto de importantes reformas, fundamentalmente en el siglo XVIII.
El santuario adquiere la configuración definitiva en el siglo XIX, agrupando construcciones religiosas y para alojamiento de peregrinos, vivienda del ermitaño, cuadras, corrales y espacios para romería.
La construcción más notable es la ermita. Presenta nave única, crucero escasamente saliente en planta y cabecera recta con camarín. La nave consta de cinco tramos cubiertos con bóveda de cañón con lunetos, separados por arcos fajones que apean en pilastas. A los pies de la nave abre una capilla de planta cuadrada cubierta con bóveda rebajada y decorada con nervadura estrellada; cuenta con altar de obra y queda elevada sobre gradas, abriendo bajo arco de medio punto con intradós decorado con casetones y florones; probablemente esta capilla fue la cabecera original de la ermita. El crucero, separado de la nave por un arco triunfal con cancela, se cubre con una magnífica cúpula de paños y lunetos sobre pechinas y cuenta con tambor octogonal sobre el que abren vanos en arco carpanel cobijados en arcos apuntados. La cúpula presenta una rica decoración de estucos de motivos vegetales y pinturas figuradas de buena factura; las pechinas conservan restos de los relieves de estuco que representaban a los evangelistas en tondos sostenidos por ángeles. Los brazos del crucero están formados por sendos arcos-capilla que cuentan con altares de obra; el de la izquierda se decora con pintura mural a modo de retablo con la escena del Bautismo de Cristo y San Agustín en el ático. La cabecera, muy transformada, se cubre con bóveda de lunetos y presenta una sencilla hornacina avenerada alojando la imagen de la Virgen; a ambos lados del altar de obra se dispusieron dos tramos de escaleras para acceder al camarín, cuyo acceso original se situaba en la sacristía.
Al exterior, muestra una sencilla volumetría, destacando el cimborrio octogonal que envuelve la cúpula y el bloque de la capilla de los pies que se corona con doble vano, a modo de espadaña, para alojar las campanas. Los muros laterales están reforzados por machones ataludados. En el muro Sur se localiza el acceso bajo arco de medio punto parcialmente modificado; en este mismo muro se conservan restos de la portada original, de ladrillo, en arco de medio punto enmarcado por volutas y coronado con hornacina y friso de esquinillas. La fábrica de ladrillo y tapial está revocada con yeso.
El conjunto se completa con una serie de construcciones agrupadas en torno a un patio central. La ermita ocupa el costado Norte. En el lado Oeste se sitúa un amplio salón de gran altura, con potentes pilares de ladrillo que apean el forjado de madera de la cubierta a doble vertiente; adosado a los muros se sitúa un banco corrido de obra con huecos para guardar los cántaros y comidas de los romeros. En el costado Sur se localiza la casa del ermitaño, con acceso desde el salón y organizada en dos plantas. Una amplia escalera que arranca en un ángulo del salón, separa la casa del ermitaño de una construcción de dos plantas: en la planta baja, hay una cocina y lo que fue una sala, hoy muy transformada, que constaba de dos naves separadas por arcadas sobre pilares de ladrillo, dando acceso a las cuadras y corrales; el piso superior está ocupado por una gran sala con dos alcobas y otros estancias para alojamiento.
Los vecinos de Plenas acuden en romería hasta aquí el primer sábado de cada mes de mayo.
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